Entrar allí es como transportarse a aquel tiempo en el que uno se podía tomar un chocolate caliente o un suizo, con sus churros o sus melindros, sin prisas.
Hoy lo hemos conseguido, durante unos minutos, el tiempo se ha detenido para nosotros y una taza de chocolate nos ha hecho recordar momentos agradables que habíamos pasado allí, con amigos o solos, lejanos, pero sin prisas.
ANTES
DESPUES
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